La rigidez de los salarios a la baja en el corto plazo puede provocar que el mercado de trabajo no se encuentre en equilibrio y que exista paro involuntario (en el modelo clásico cuando se daba esta situación los salarios bajaban y desaparecía el paro, en el modelo keynesiano esto no se produce).
La producción ofrecida por las empresas trata de cubrir la cantidad demandada, siendo, por tanto, esta última la que determina el nivel de actividad económica y, con ello, el nivel de empleo.
El dinero en el corto plazo puede afectar al nivel de producción ya que la economía no se encuentra siempre en el pleno empleo. La política monetaria puede tener efectos positivos.
También la política fiscal puede ser eficaz en el corto plazo para tratar de relanzar una economía estancada. En definitiva el papel del Estado es a veces necesario.
El modelo keynesiano es especialmente adecuado para el corto plazo.
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