La inversión está relacionada fundamentalmente con dos variables:
El nivel de renta. Si aumenta la renta aumenta la inversión (se dispone de mayor capacidad para financiar nuevos proyectos) y si disminuye la renta también disminuye la inversión.
El tipo de interés. La relación es inversa: si aumentan los tipos disminuye la inversión (resulta más caro financiar los nuevos proyectos, por lo que se descartarán los que ofrezcan menores rentabilidades); es decir, disminuirá el número de proyectos de inversión cuya rentabilidad sea lo suficientemente atractiva como para
llevarlos a cabo. Y si disminuyen los tipos aumenta la inversión (es más barato endeudarse para acometer nuevos proyectos).
También influye en gran medida un factor de carácter psicológico, las expectativas empresariales, aunque es difícilmente cuantificable.
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