La discusión sobre la teoría cuantitativa, y el análisis de los capítulos previos,
nos permiten entender lo que es la dicotomía clásica, que aunque poco realista en el
corto y mediano plazo, es una buena base para pensar en el largo plazo. Es cierto que
en el largo plazo estamos todos muertos, como dijo Keynes, pero desde el punto de
vista analítico este enfoque nos permite ordenar nuestra forma de pensar, señalando
exactamente donde y como ocurren las desviaciones de este largo plazo, en vez
de simplemente decir como nos demoraremos en que se cumpla, podemos usar un
esquema completamente distinto.
La dicotomía clásica plantea que en una economía plenamente flexible y competitiva, es decir donde estamos siempre en pleno empleo, la parte real es determinada
en el sector real y la nominal en el sector monetario, y la política monetaria no tiene efectos reales. Por lo tanto, y tal como lo liemos hecho aquí, para analizar la
economía real ignoramos el dinero, como efectivamente lo hicimos en los capítulos
anteriores, y para analizar los fenómenos nominales basta que miremos el mercado
monetario.
Como ya discutimos largamente, en el sector real de la economía—excluidas
las influencias monetarias de corto plazo—se determinan variables como la tasa
de interés real y el tipo de cambio real, ambas por el equilibrio ahorro-inversión
en economías cerradas y abiertas, respectivamente. Si la economía existe perfecta
movilidad de capitales, la tasa de interés real está dada por la tasa de interés real
internacional. Tanto en economías abiertas como en economías cerradas la tasa de
interés real es determinada independiente de la variables nominales, y denotamos
por r. Recordando la definición de la tasa de interés nommal del capítulo 4, tenemos
la famosa ecuación de Fischer:
Ahora bien, tal como discutimos en la subseccion anterior también tenemos
por PPP que la inflación es igual a la inflación internacional (que supondremos
cero) y la depreciación del tipo de cambio, y por la teoria cuantitativa sabemos que
la inflación es igual a la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero. Entonces
tenemos que tanto los precios como el tipo de cambio aumentan a la tasa que crece
el dinero (asumiendo por supuesto que no hay crecimiento del producto). Esto es:Usando la ecuación de Fislier vemos que dado que la tasa de interés real no cambia, sólo se puede ajustar la tasa de interés nominal consistente con la tasa de inflación y depreciación del tipo de cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario