La historia del dinero es muy antigua. Se han usado múltiples medios de pago,
pero en tiempos más modernos, el tipo de dinero que más se usó era el oro, sin
embargo cada vez que uno lo usaba había que pesarlo y ver que la calidad de oro
fuera buena. Esto necesariamente introducía costos altos en las transacciones. Ante
esto los gobiernos empezaron a acuñar monedas de oro para reducir aquellos costos
de transacción. Así era posible tener piezas de oro estándar, cuyas características
(contenido de oro) estaban certificadas por el gobierno. Al producir monedas ya no
era necesario pesar el oro y verificar su calidad.
Con el pasar del tiempo, los gobiernos se dieron cuenta que en realidad no tenía
sentido que las personas transportaran todo el oro. Además de ser pesado, era peligroso. Por ello, se decidió por la emisión de papeles que se podían canjear por la
cantidad de oro que decía en el papel. Nuevamente, era una autoridad la que certificaba la validez del certificado y garantizaba su respaldo en oro. Se debe notar
que en este caso, de patrón oro, para que se emitiera más dinero era necesario que
se contara efectivamente con más oro. Por lo tanto, para que se emita dinero en
una economía con patrón oro (o dólar, por ejemplo), es necesario que aumenten las
tenencias de oro (o dólares, por ejemplo) del Banco Central, que es quien emite la
moneda. Dicho de otra forma, si el público demanda más dinero tendrá que cambiar oro (o dólares) por dinero, para que así el respaldo continúe
Si la gente no quiere mantener dinero y deseara retirar todo el oro (o dólares) del Banco Central, habría suficiente oro (o dólares) en el Banco Central para recomprar el dinero.1 Posteriormente se hizo evidente que tampoco era necesano respaldar el dinero, por cuanto su valor dependía de lo que podía comprar y no del oro que lo respaldaba. Más aún, el dinero mercancía, no necesariamente tiene que ser oro, en particular si el oro tiene otros usos más allá de estar en una bóveda para respaldar el dinero. De hecho, en muchas ocasiones se han usado otras mercancías como dinero, como es el caso de los cigarrillos, que en la segunda guerra mundial se usaban en los campos de prisioneros. En definitiva, en la medida que exista un certificado que especifique cierto valor y sea aceptado ampliamente para transacciones, no es necesario usar dinero mercancía.
Si la gente no quiere mantener dinero y deseara retirar todo el oro (o dólares) del Banco Central, habría suficiente oro (o dólares) en el Banco Central para recomprar el dinero.1 Posteriormente se hizo evidente que tampoco era necesano respaldar el dinero, por cuanto su valor dependía de lo que podía comprar y no del oro que lo respaldaba. Más aún, el dinero mercancía, no necesariamente tiene que ser oro, en particular si el oro tiene otros usos más allá de estar en una bóveda para respaldar el dinero. De hecho, en muchas ocasiones se han usado otras mercancías como dinero, como es el caso de los cigarrillos, que en la segunda guerra mundial se usaban en los campos de prisioneros. En definitiva, en la medida que exista un certificado que especifique cierto valor y sea aceptado ampliamente para transacciones, no es necesario usar dinero mercancía.
Así es como llegamos al dinero de hoy día, conocido como dinero fiduciario,
el cual no tiene valor intrínseco, sino que vale porque la gente lo acepta para transacciones. El dinero es aceptado la mayoría de las veces por ley, pero muy en el
fondo es aceptado porque todos confían que podrá ser usado en las transacciones.
Como veremos más adelante, el que tiene la capacidad de crear dinero tiene un
beneficio, porque puede comprar bienes y servicios por el sólo hecho que la gente
quiera más dinero (conocido como señioriaje). Si la gente no quiere más dinero, y
se emite más dinero, tal como veremos a continuación, ell dinero pierde valor, lo
que es equivalente a que suban los precios en la economía.
El valor del dinero depende de la cantidad de bienes que puede comprar. Es por
ello, que en países donde hay inflación, es decir los precios de los bienes suben, es
lo mismo que el precio del dinero baje, perdiendo valor. Este fenómeno es extremo
en el caso de las liiperinflaciones donde el dinero pierde valor continua y aceleradamente. Al final a nadie le interesa tener dinero porque en un futuro breve, y
muy breve, no vale nada. De ahí la historia que durante la hiperinflación alemana
alguien olvido un canasto lleno de billetes, el cual fue robado. Pero sólo se robaron
el canasto, dejando los billetes al lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario