Ahora que se dispone a comenzar sus estudios, probablemente se pregun-
te per qué va a estudiar economía. Comprender ei papel dú Estado y los
retos del mercado global no son más que dos de lss razones por las que se
estucia economía actualmente.
Algunas personas estudian economía porque esperan ganar dinero.
Otras temen ser analfabetas si no comprenden las byes de U oferta y la de-
manda. Muchas tienen interés en saber cómo podemos mejorar el medio
ambiente o per qué en Estados Unidos la desigualdad de la distribución de
la renta ha aumentado tanto en los últimos años.
Todas estas razones, y otras muchas, tienen sentido.
Aun así, hemos
ido dándonos cuenta de que existe un motivo preponderante para aprender
las lecciones básicas de la economía: nos pasamos la vida —desde la
cuna hasta la sepultura y más allá— tropezándonos con las crudas verda-
des de la eccnomía.
Como votantes, hemos de tomar decisiones sobre
cuestiones —sobre el déficit publico, sobre los impuestos, sobre el libre
comercio, sobre la inflación y si desempleo— que no pueden compren-
derse si no se dominan los fundamentos de esta disciplina
Elegir la profesión a la que vamos a dedicarnos toda nuestra vida es la
decisión económica más importante que tomamos. Nuestro futuro depen-
de no sólo de nuestra propia capacidad sino también de cómo influyan en
nuestro salario algimasfuerzas económicas que no controlamos.
La economía puede ayudamos, además, a invertir los ingresos que hemos aho-
rrado. Su estudio no nos garantiza, por supuesto, convertimos en genios,
pero sin ella los dados juegan en contra nuestra.
No es necesario extenderse más sobre este punto. Confiamos en
que la economía le resulte al lector no .sólo útil sino también fascinante
por derecho propio. Numerosas generaciones de estudiantes han descu-
bierto, a menudo para su sorpresa, io apasionante que puede ser esta dis-
ciplina.