Cada país se especializará en aquello que
produzca de manera más eficiente entre las distintas alternativas de
producción que tenga.
Imaginemos ahora que España necesita 1 hora para fabricar un
zapato y 3 horas para fabricar un mueble, mientras que Francia
necesita 2 horas para fabricar un zapato y 4 para fabricar un
mueble.
En este caso España tendría ventaja absoluta respecto a Francia
en ambos productos. Pero analicemos el coste de oportunidad:
Veamos la situación de España:
Si fabrica 1 zapato (1 hora) dejará de producir 0,33
muebles (cada mueble necesita 3 horas), luego el
coste relativo es: 1 zapato = 0,33 muebles.
En cambio si fabrica 1 mueble dejará de producir 3
zapatos, luego el coste relativo es: 1 mueble = 3
zapatos.
Veamos ahora la situación de Francia:
Si fabrica 1 zapato (2 hora) dejará de producir 0,5
muebles (cada mueble necesita 4 horas). El coste
relativo es: 1 zapato = 0,5 muebles.
Si fabrica 1 mueble dejará de producir 2 zapatos.
Luego el coste relativo es: 1 mueble = 2 zapatos.
Si comparamos la situación de ambos países, España tiene
ventaja comparativa frente a Francia en la fabricación de
zapatos (0,33 muebles vs 0,5 en Francia), mientras que Francia
tiene ventaja comparativa en la fabricación de muebles (2
zapatos vs 3 en España).
Esta situación llevará a que España se especialice en la
fabricación de zapatos y Francia en la fabricación de muebles.
España comprará muebles a Francia siempre que por ellos tenga
que pagar menos de 3 zapatos (en caso contrario le interesaría
producir sus propios muebles), mientras que Francia venderá
muebles siempre que le den más de 2 zapatos (en caso contrario
le interesaría producir menos muebles y dedicar ese tiempo a
producir sus propios zapatos).
Por tanto el comercio exterior entre estos dos países se
desarrollará cuando para comprar un mueble haya que entregar
más de dos zapatos, pero menos de 3.
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