Los impuestos funcionan ya de por sí como estabilizadores:
Si baja la renta disminuye la recaudación impositiva (lo que contribuye a
reducir el impacto negativo de la bajada) y cuando sube aumenta la
recaudación (modera el crecimiento de la economía).
La intervención del gobierno en la economía con intención de neutralizar los movimientos
de los ciclos económicos cuenta con muchos detractores; de hecho, los resultados obtenidos
históricamente con estas políticas han sido a veces bastante mediocres.
Los críticos a la actuación pública sostienen que los gobiernos suelen centrar su actuación en
políticas de demanda, que a largo plazo apenas tienen efecto sobre el nivel de producción ni
sobre el empleo. Por ello entienden que serían más eficaces políticas de oferta.
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